lunes, 19 de julio de 2010

Guía para la supervivencia espectatorial

(Foto: Tobi Corney)

Para quienes gustan del arte, es bien sabido que la indiscutible pièce de résistance es la inauguración. Pero presentarse a uno de estos eventos no es para los neófitos: requiere de experiencia, reflejos rápidos y agilidad mental. Después de repetidas asistencias a este tipo de eventos, hemos compilado una serie de consejos de supervivencia para que cualquiera pueda ir a uno de estos acontecimientos y viva para contarlo.

  1. Vestimenta: Si el clima lo permite, seleccione prendas frescas de algodón. Aunque la moda de hoy se orienta a las ropas de fibras sintéticas, recuerde que va a un lugar con mucha gente, lo que usualmente significa un ambiente cálido. Y si además se utilizan farolitos con bombillas de halógeno, la cosa puede convertirse en un auténtico baño sauna. Todo aire de sofisticación se esfuma si uno parece el protagonista de un anuncio de anti-transpirante.
  2. Ojo con la puntualidad: Y con esto queremos decir que hay que se olvide totalmente de ser puntual. La bárbara costumbre de llegar a tiempo no tiene cabida en los círculos artísticos. Por eso es los entendidos saben que la hora de invitación suele ser únicamente una sugerencia. Calcule arribar con un mínimo de 30 minutos de retraso, pero con no más de 45, pues se arriesga a que los parqueos estén atestados y que la mesa de las viandas esté vacía.
  3. Lleve siempre su celular. El celular es un aparato esencial en estas instancias. No sólo le permite agregar importantes contactos a su agenda, sino que le permite ubicar a los amigos que se han perdido de vista entre la multitud. Portar un celular también le permite a usted ser contactado por la persona que no puede salir del parqueo porque el auto de usted le está bloqueando la salida.
  4. Aprovisionamiento. Al llegar al lugar, ubique la mesa de las bebidas y las viandas con la mayor rapidez posible y diríjase a ellas sin demora. Recuerde que lo más importante es. Procure no retirarse de la mesa sin tener una copa en una mano y un platito repleto de comida en el otro. Trate de llegar antes de que se forme una multitud o se quedará con las manos vacías, lo cual es un pecado imperdonable en estos eventos.
  5. Infórmese. Procure conseguir uno de los folletos que dan en la entrada. Si es una exposición individual, trate de aprenderse el nombre del artista. Si se trata de una exposición colectiva, apréndase el nombre de la agrupación o colectivo artístico. Poseer esta información le da a usted un aire de conocedor. Además, tener el folleto en la mano puede ayudarle a ocultar el hecho de que no llegó a tiempo a la mesa de la comida.
  6. Recorrido artístico. Con la copa en mano, el estómago lleno y la información memorizada, ya está usted listo para deambular por la exhibición. Cuente cinco fotos o pinturas a partir de la entrada, y deténgase un momento. Acérquese a la pieza y luego de analizarla en silencio por no más de treinta segundos, asienta silenciosamente antes de proseguir, indicando su aprobación antes de reanudar el trayecto. Repita cuantas veces sea necesario. Recuerde que no hay prisa, pues lo importante es que la gente se de cuenta de que usted está alli y tiene sensibilidad artística.
  7. Comentarios. Como parte de la socialización, probablemente le toque a usted expresar su opinión con respecto a la muestra. Limítese a decir “Todo esto es muy intenso: es un reflejo de la realidad en la que vivimos.” Si se siente ambicioso, diga algo como “La transposición de formas y significados complementa perfectamente la temática, creando una delicada sinergia.” Antes de que le pidan explicar lo que acaba de decir, exclame: “¿No es ese el artista? ¡Vamos a saludarlo!”. Aquí es donde viene como anillo al dedo la información aprendida anteriormente en el trifoliar.
  8. Retirada. En las exposiciones, como en todo, irse en el momento justo es muy importante. Una estancia de unos noventa minutos es generalmente considerada de buen gusto, pues permite las dosis suficientes de apreciación artística y socialización. Ahora bien, si durante su estancia llegara a albergar alguna sensación de que usted realmente es capaz de comprender el arte contemporáneo, debe retirarse inmediatamente, pues se ha excedido de copas. Si se encuentra en tal estado, evite toparse con el artista a la salida. Es bien sabido que el alcohol suelta la lengua, y nada arruina una exitosa velada artística como un exceso de sinceridad.

1 comentario:

Beatriz Beauport dijo...

¡Pues el otro día me hubiera servido una guía como esta! Como vi que había una gran cola en la mesa de la comida, me puse a ver las obras. Cuando terminé, ya no había cola, pero tampoco había comida. Y lo peor es que ese día ni siquiera había almorzado. Debo decir que apreciar el arte con el estómago vacío es sumamente complicado.

Para la siguiente vez al menos llevaré goma de mascar en el bolso para no volver a pasar esas penas.

Por si no los han leído:

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