domingo, 26 de abril de 2009

Cuando desperté, el invasor espacial seguía alli

En 1978, un japonés llamado Tomohiro Nishikado diseñó un videojuego donde un valiente cañón de protones defendía a la Tierra de hordas de invasores provenientes del espacio exterior. El nombre del juego era Space Invaders. Tomohiro seguramente no tenía la más remota idea del traumatismo cultural que su sencillo jueguito iba a causar en millones de tiernas mentes, entre ellas la mía.

Los efectos los vemos por doquier hoy en día. La pixeleada imagen de los invasores está por todas partes: en playeras, afiches, sitios web, etc. Y la gente vive encontrando formas cada vez más peculiares de integrar a estos extraterrestres a la vida diaria.

Entre los más originales está Invader, un artista francés que desde hace unos diez años crea pequeños mosaicos con imágenes del juego, los cuales instala donde se le da la gana.

Y tal vez la forma más innovadora que he visto es este video del sencillo Happy Up Here de la banda noruega Röyksopp. Fume total.

sábado, 25 de abril de 2009

Embalando para el más allá

La muerte, para los humanos, es complicada. Y la forma en la que manejamos el asunto es realmente poco lógica. Se entiende que haya que enterrar a los muertos, para evitar contaminación, enfermedades y todo eso. Pero, ¿por qué es necesario vestir a los muertos? ¿Será que les va a dar frío? Y el ataúd, ¿para qué? Este estuche de madera no es nada barato, para empezar. Y solo se usa una vez.

Personalmente, yo considero que lo más ecológico sería enterrar a la gente en ataúdes biodegradables. Polvo eres, y en polvo te conviertes, asi de simple.

Pero para la gente que insiste con eso de los ataúdes y ya están cansados de la tradicional caja, les tenemos buenas noticias. Si les abunda la pasta, y quieren dársela de originales, ¿por que no pedir un ataud a Ghana? Allí les harán sus ataudes con la forma que pidan: aviones, autos, etc.

Digo yo: si vamos a insistir en poner a los difuntos en estuche, ¿por que no hacerlo con un poco de estilo?

miércoles, 22 de abril de 2009

En defensa del narcisismo

Yo entiendo que es importante la belleza interna, pero mucha gente -especialmente la que es fea por fuera-, quiere convencer al mundo de que tomar en cuenta la belleza externa es señal de superficialidad y la más pura vanidad. Permítanme que les diga aquí y ahora que eso es una inmensa patraña.

Aunque los feos no quieran aceptarlo, la belleza externa es señal de salud, disciplina, una buena posición económica. Un pobretón, no puede costear un gimnasio. Un haragán no tendrá la constancia de comer bien o ejercitar seguido. Y si comes bien y te ejercitas, vas a tener buena salud. Y si te tomas el tiempo para cuidarte tanto, es porque te quieres mucho. Y no hay como una buena autoestima para llevar la vida como Dios manda.

Una de esas cosas que no te enseñan ni en el cole ni en la U es que la vida no es una meritocracia. No basta con ganar las notas mas altas, o tener el mejor desempeño. Para llegar a cualquier lado, se necesita de una condición de talentos y habilidades, entre ellos una buena presentación. Todos somos juzgados por nuestra apariencia, pues la gente no tiene ni el tiempo ni las ganas de sentarse tres horas a conversar para conocerlo a uno a fondo, asi que se basan en lo que tienen a la vista: nuestro físico.

Es porque eso que no me creo lo de que "Casaca mata carita", pues es un hecho de que la mayoría de nosotros busca tener una pareja atractiva. Y es normal, porque la belleza indica características genéticas muy codiciadas a la hora de pensar en hijos.

Aunque a los feos no les guste.


lunes, 20 de abril de 2009

¡Doctor, soy feliz! ¡Ayudeme!

La gente se desvive por ser feliz. Lo han hecho desde siempre. No saben como, pero tienen que ser felices. Los autores de libros de autoayuda hacen su agosto diciéndole a la gente cómo alcanzar la felicidad. Y mucha gente, efectivamente, lo logra.

Pero, hay quienes no están listos para ser felices. Todos conocemos a alguien que siempre está quejándose por algo. Pobrecitos, no se sienten satisfechos hasta que no encuentran algun problema existencial.

Para esa gente, ser feliz es terrible. Pero afortunadamente, los amigos de Vaya Semanita tienen la cura:

domingo, 19 de abril de 2009

Ventiladores: ¡la solución contra la hipertermia!

Vaya si no hace calor, ¿no?

Maldita sea, es casi media noche y me estoy asando. Tengo el ventilador puesto a toda máquina y apenas me refresca. Pero si lo apago, caeré sofocado. Suena a exageración, pero no lo es. Mi vida depende más y más de la refrigeración.

Pero como no me alcanza para un aire acondicionado decente, me he visto obligado a convertirme en un coleccionista de ventiladores. Tengo uno grande algo destartalado que es el que sirve para refrescarme mientras estoy frente a la computadora. Tengo otro en mi mesita de noche, para permitirme conciliar el sueño. Y por supuesto, tengo uno de bolsillo para emergencias.

En la oficina, tenemos aire acondicionado, pero alguna falla de diseño hace que mi cubículo no reciba nada de ese precioso aire refrigerado. Asi que también alli he tenido que abastecerme de ventiladores. Tenía uno tamaño industrial, pero mi jefe se quejó que se le estaban congelando las extremidades, asi que tuve que sustituirlo por uno mas menudo de escritorio, que si bien no es ni la décima parte de poderoso que el anterior, por lo menos evita que me derrita sobre mi teclado.

Y para los que no saben lo que es un ventilador, aqui los dejo con este video, que lo explica todo:

Por si no los han leído:

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