jueves, 24 de septiembre de 2009

Extorsiones gasolineras



(foto: Ale Ventura)

Mucha gente dice que el precio de la gasolina es un robo, pero nunca pensé que fuera algo tan literal.


Precisamente el otro día, la aguja del depósito de gasolina del automóvil estaba llegando a su nadir, por lo que pasé a reabastecerme a uno de los dispensarios de combustible que para tal efecto han sido convenientemente ubicados cerca de las  calles y avenidas principales de esta ciudad.

Pero cuando me dispuse a pagar, ¡oh sorpresa! hubo un problema con mi tarjeta y me quedé sin forma de pagar el combustible adquirido. Luego de conversar con el dependiente, aceptó en que le dejara empeñada mi licencia, mi reloj y mi celular mientras obtenía algo de efectivo. Afortundamente me permitió conservar los pantalones y la camisa.

Mientras me apresuraba compungido a mi domicilio a obtener el dinero para la fianza de mis bienes, no pude evitar recordarme de otra ocasión similar donde la situación fue mucho más difícil.

En esa oportunidad, también falló el pago electrónico, y la negociación estuvo más complicada porque no tenía ningún bien que pudiera dejar en prenda mientras acudía al banco más cercano a traer fondos.

Finalmente el supervisor dispuso enviarme a uno de sus dependientes a acompañarme mientras realizaba mi comisión monetaria. Para la misión seleccionó al más alto y fornido de sus empleados. Luego de que el hombre hubo acomodado trabajosamente su anatomía dentro de mi vehículo, partimos sin demora.

Mientras me dirigía a la franquicia más cercana de la institución financiera a la cual le he confiado mis ahorros, no pude evitar sentirme parte del secuestro exprés más extraño del mundo. Afortunadamente, mi acompañante resultó ser un tipo de lo más simpático, lo cual hizo el trámite mucho más tolerable.

Así que ya lo saben: Antes de poner pie en una gasolinera, asegúrense de tener efectivo suficiente, bienes que puedan dejar empeñados o por lo menos, contar con la compañía de algún pariente o amigo a quien puedan dejar de rehén. Pero eso sí, que sean gentes su agrado, para evitar sentir la tentación de abandonarlos a su suerte.

6 comentarios:

Mr_Jules_Valley dijo...

A mi me ha funcionado esto: Cuando pago con tarjetas (débito o crédito) evito pedir el tanque lleno (solo que lleve el efectivo suficiente). Prefiero pedir una cantidad exacta y que pido que me la cobren antes de despacharme el costoso líquido.

Zapato Rojo dijo...

La verdad, yo estoy agradecido de que no me han tocado situaciones parecidas. Y como siempre ando sin reloj ni celular, me temo que me pidan pagar con Cuerpomatic.

Leandro Bracamonte dijo...

Ya le dije a mi querida señora que si me vuelve a hacer capricho, la dejo empeñada en la gasolinera más cercana. Gracias por la idea.

Claudia de Oliveira dijo...

Cuando vengan los carros elétricos, serán los empleados de la companhia de luz los que vendrán a asaltarnos! Saudações desde São Paulo!

Prado dijo...

hilarante. admirable que usted conserve los pantalones. Loas sean dadas.

Carolina Morales dijo...

Hombre, pero que poco creativo te viste, les hubieras ofrecido a los de la gasolinera que a cambio del combustible, les promocionabas desde tu blog! Patrocinio corporativo!!

Por si no los han leído:

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