viernes, 16 de abril de 2010

A propósito de la centena

(Foto: Antonio M. Rosario)

En este día, Neuronas Parlanchinas arriba a otro hito en su historia: Cien artículos. Para conmemorar esta instancia histórica, les brindamos en esta oportunidad una entrevista con el autor de este centenar de delirios. Una oportunidad para conocerlo e idolatrarlo.

Entrevistador: Buenas noches, podría dar su nombre y ocupación, por favor?

Autor: ¿Y usted quién es y qué hace en mi casa? ¡Váyase de aquí antes de que llame a la policía!

E: Le visito para entrevistarlo por ocasión del centésimo artículo publicado en Neuronas Parlanchinas. Le agradeceré encarecidamente que deje de golpearme con ese bate de aluminio. Si me fractura el otro brazo no podré tomar apuntes.

AA: Quien entra por una ventana ajena, se atiene a las consecuencias.

E: Toqué la puerta, pero nadie me abrió. Y usted no contestaba su teléfono.

AA: El hecho de que sean las cuatro de la mañana puede haber tenido algo que ver.

E: Tan sólo era mi intención entrevistarlo sin las interrupciones de la vida cotidiana. ¿Le molesta si empezamos la entrevista? Sus lectores se lo agradecerán.

AA: De acuerdo, pero hágame favor de no desangrarse encima de la alfombra. Cuesta demasiado sacar las manchas.

E: Mil disculpas, prometo no hacerlo más. Empecemos entonces. Para quienes no lo saben todavía, ¿Que es ‘Neuronas Parlanchinas’?

AA: Es el espacio de expresión donde las neuronas de mi cerebro pueden comunicarle al mundo sus intereses, inquietudes, ansiedades y pasiones prohibidas.

E: ¿Y cómo fue que decidió empezar?

AA: A mis neuronas siempre les ha gustado hablarme, desde que era chico. Durante mucho tiempo ellas se contentaron con tenerme únicamente a mí como audiencia, pero hace precisamente un año decidieron que esto ya no era suficiente. Así que me llevaron aparte y me hicieron ver que las verdades enunciadas por sus voces silenciosas debían ser puestas a disposición del mundo entero. Un par de horas después ya estaba funcionando el sitio web.

E: Tengo entendido que usualmente no se dedica a la escritura.

AA: Y no lo hago. Todo lo que encuentran en el sitio ha sido puesto allí por las neuronas. Eso sí, el logo que habían elegido originalmente era terrible, así que les ayudé a escoger uno más apropiado. Mis neuronas escriben muy bien, pero pueden ser muy malas para la estética.

E: ¿Nos puede contar sobre algunos temas que piensa tratar en ediciones futuras de Neuronas Parlanchinas?

AA: Me gustaría decírselo, pero me es imposible. Tan sólo tengo acceso al material en el momento de publicarlo. Las neuronas son así, les gusta el secreto. Por eso escribo con los ojos cerrados.

E: Con el permiso de usted, me siento algo mareado, y antes de desmayarme me gustaría concluir la entrevista para a ir a un hospital. ¿Algún último pensamiento que le gustaría compartir con su audiencia?

AA: No es bueno meterse los codos en la nariz.

E: No podríamos estar más de acuerdo.

3 comentarios:

Lafán dijo...

Dicen que algunos escritores se quejan de no tener temas, de estar pasando por un período seco. No es éste el caso: El reto autoimpuesto se cumplió, sacrificando tiempo de diversión y de sueño. Y según se ve, aún hay más, mucho más. Pero ya es tiempo de que otros también lean esta explosión de artículos, que no se circunscriba a unos pocos privilegiados que te leemos en este "blog". Hay que dar el brinco a publicar en algún periódico, donde les haría bien a los lectores para ponerle contrapeso a tanta negatividad cotidiana. Si les logras sacar una sonrisa ya les habrás mejorado un poco la vida.
¡FELICITACIONES!

Stefan Ankermann dijo...

"No meterse los codos a la nariz", excelente consejo!! XD

Rachel Macadamia dijo...

Estoy de acuerdo con Lafán, yo pienso que es hora de que este sitio llegue a mucha más gente. Hay que compartir las "neuronadas"!!!

Por si no los han leído:

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