miércoles, 3 de febrero de 2010

Tiempos remotos

(Foto: Tom Schierlitz)

Los nostálgicos viven diciendo que toda época pasada fue mejor. Pero yo bien sé que en el ayer se vivieron tiempos difíciles, arduos y sacrificados. ¿Y como no iban a serlo, si no existía el control remoto?

En esos bárbaros tiempos, cuando un individuo quería cambiar de canal en el televisor, tenía que levantarse de su asiento, caminar hasta el aparato y mover manualmente el dial hasta sintonizar un programa que le gustara. Al concluir la maniobra, la persona volvía a atravesar la habitación para retornar a su asiento. A veces, era necesario repetir la maniobra varias veces en una misma tarde. Si tan sólo imaginar tan trabajoso proceso es suficiente para causar agotamiento, no digamos realizarlo.

Vivir una experiencia televisiva así de traumática moldeó a toda una generación. Es por ello que una cierta octogenaria que conozco, a pesar de contar con un flamante televisor moderno en su sala, todavía prefiere realizar el peregrinaje hasta el aparato antes que probar suerte con el telemando, un aparato –en su opinión- demasiado complejo y demasiado parecido a un teléfono inalámbrico como para ser digno de fiar.

Para la siguiente generación, el control remoto llegó a una edad en la que todavía estaban dispuestos a experimentar cosas nuevas. Es por ello que hoy son capaces de realizar operaciones esenciales como el encendido y el apagado de televisiones, el cambio de canales y el manejo del nivel de volumen. Algunos más audaces han podido escuchar CDs y ver DVDs sin ayuda. Pero en su mayoría, utilizan el control de forma sucinta. Si bien no deja de irritarlos el hecho de que cada nuevo aparato venga acompañado de un telemando propio, dejaron un legado muy importante a la humanidad: fueron los creadores del zapping.

Los integrantes de las generaciones más recientes hemos sido más venturosos, pues frecuentamos al remoto desde la niñez, lo que nos permitió llegar a conocerlo y dominarlo con mayor facilidad. Para nosotros no es abrumador que el artilugio tenga más botones que una costurera. Al contrario, constituye un desafío para nuestra habilidad, por lo que dedicamos abundante tiempo a probar cada botón hasta descubrir su uso. Esto a veces provoca que se desconfigure la caja de cable, pero todo es parte del proceso de aprendizaje.

Si bien controlar aparatos a distancia ya se ha convertido en algo bastante cotidiano, todavía hay obstáculos. Basta extraviar el remoto o quedarse sin baterías para revertir a los tiempos pre-contrólicos. Afortunadamente, los fabricantes de televisores ya están desarrollando aparatos que sean capaces de reconocer gestos corporales. Cuando esta nueva tecnología esté al alcance de todos, cualquiera podrá gobernar su televisor sin necesidad de usar un control remoto. Para encender la tele, bastará hacer un gesto hacia adelante. Para subir y bajar volumen habrá que mover las manos hacia arriba o hacia abajo. El televidente tan sólo tendrá que evitar matar mosquitos a manotazos frente a la tele, pues ello redundará inexorablemente en un cambio involuntario de canal.

7 comentarios:

Lafán dijo...

En cuanto a esos aparatos que obedecerán signos corporales, ¿no es aterrorizante que el espectador sea ahora observado por un aparato en su propia casa y en su cómodo sillón? Desde ahora protesto ante este Big Brother doméstico que se pinta como un esclavo pero en realidad es un espía.
Y en lo que se refiere a la prehistoria, cuando no había controles remotos y había que ir y venir del sillón a la TV y viceversa, debe reconocerse un mérito: que mantuvo a esa generación en buen estado físico, sin tanta dieta ni gimnasio. Ahora el único que hace ejercicio es el dedo que produce el "zapping".

Ximena Basterretxea dijo...

Pues he de decir que no hago honor a mi generación, pues me abruma tener que aprenderme el manejo de tanto control remoto.

Yo sí espero con ansias esa tecnología que me libere de tanto trasto y me permita manejar los televisores con gestos, o mejor aún, con la mente.

(Un artículo menos... ¡ya sólo te faltan otros 34!)

EP dijo...

lo peor es perder el control remoto en el sofa, CLASICO!...y me confieso víctima y preso del zapping... excelente post!

Esteban Trabahos dijo...

Para mí que esto de los controles remotos es una bulsh*t. En lo que deberían ponerse a trabajar esos fabricantes es en televisores que podamos operar con la mente.

¡Dios mío, imaginen como sería de bello ese zapping!

Zapato Rojo dijo...

Si los niños se pelean por el control remoto hoy en día, como será cuando controlen el televisor con gestos?

MAMÁ... MI HERMANO NO DEJA DE MOVER LAS MANOS!!!

Natalia Hassell dijo...

Ni me menciones el zapping, que en casa es un deporte tradicional. Que lo hace mi padre, mis hermanos, mi tío, cuando viene. Ven mil cosas y no ven nada. He probado escondiendo el control o sacándole las baterías, pero lo que hacen es pararse a la par del televisor a hacer zapping con los botones del aparato. Que horror.

Barracuda Pérez dijo...

Lo que me gustaría sería que las personas vinieran con control remoto. Si lo hubiera, mantendría a mi mujer con MUTE. (Es broma mi amor, me encanta oirte hablar todo el dia)

Por si no los han leído:

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